Caminando por el túnel,
que dejaba ver el cielo,
se me puso Dios a la par.
Me dijo sin palabras,
sin miradas ni caricias,
sin importarle a quien hablaba.
- En tu final, cuando dejes de caminar, te espero.-
Apreté el paso,
y al dejar de verlo,se me cerro el cielo.
Corrí como si me fuese la vida en ello.
tropecé, rodé por el suelo,
pero seguí… seguí corriendo.
Cuando mi espíritu abandonaba ya mi cuerpo,
el miedo se adueño de mis pasos.
Desde entonces sigo caminando,
por el túnel que dejaba ver el cielo,
pero ya no necesito verlo.
Atrás quedaron muy lejos,
el miedo y dios.
Ahora cada vez más caminantes,
acompañan mi camino,
reímos, lloramos y sangramos juntos.
Caminamos siempre al paso,
sin miedo a túneles y cielos,
libres de dioses,nos miramos a la cara,
nos reconocemos,
iguales.
El cielo es siempre azul, pese a las nubes, a las tormentas, a las noches sin luna. Por eso, mientras el cachito de cielo que guardas en tu retina te de la paz, podrás seguir adelante, caminando.
ResponderEliminarTu acompañas desde que recuerdo mi camino,
Eliminarde hecho hace tiempo que te convertiste en parte de mis pasos, de mi paz, de mi esperanza.