viernes, 15 de marzo de 2013

Manuscrito de Neruda. Cartas sin envíar.



Le pregunte una vez a mi amigo Ramón, compartiendo el final de una mesa…
 
-¡Y tu! ¿Cómo comenzaste a escribir?-
 
Me recline, sabedor de una respuesta de los tiempos que aviva el vino.  Acomode mi cuerpo  al banco de mi cocina y me prepare para escuchar la voz del autor del poema “el agua mancha”.
 
-Amigo Pablo, yo, solo escribo  desordenado, para poder seguir teniendo mi tiempo, lo que no reflejo en unas letras, se pierde en mi memoria.-
 
Tan solo pude aplaudir, con los ojos cerrados.
 
Nos interrumpieron el momento,
las sonrisas que nos hacen saber quien somos.