jueves, 2 de mayo de 2013

Caminando, somos todos iguales.



Caminando por el túnel,
que dejaba ver el cielo,
se me puso Dios a la par.
 
Me dijo sin palabras,
sin miradas ni caricias,
sin importarle a quien hablaba.
 
- En tu final, cuando dejes de caminar, te espero.-
 
Apreté el paso,
y al dejar de verlo,
se me cerro el cielo.
 
Corrí como si me fuese la vida en ello.
tropecé, rodé por el suelo,
pero seguí… seguí corriendo.
 
Cuando mi espíritu abandonaba ya mi cuerpo,
el miedo se adueño de mis pasos.
 
Desde entonces sigo caminando,
por el túnel que dejaba ver el cielo,
pero ya no necesito verlo.
 
Atrás quedaron muy lejos,
el miedo y dios.
 
Ahora cada vez más caminantes,
acompañan mi camino,
reímos, lloramos y sangramos juntos.
 
Caminamos siempre al paso,
sin miedo a túneles y cielos,
libres de dioses,
nos miramos a la cara,
nos reconocemos,
iguales.