viernes, 28 de enero de 2011

Adios


Aquí que nadie nos ve, se acabaron los espejos.

De la soledad,
solo me nacen letras inútiles,
se me pierden los ojos.

Se me muere la conciencia.

Soy débil como un copo de nieve,
lento como un suspiro,
la muerte nunca me ha dado miedo.

Aquí que nadie nos ve,
puedo decirte que no quiero volver a despertar,
que no puedo elegir cuando morir,
pero que lo que me resta de vida,
se que no será vida.

Después de ti,

Lo que me queda es un nuevo espejo vacío.

Pero ahora ya no tengo miedo a la muerte,
casi la deseo, la añoro.

Deseo la muerte, desde hace mucho tiempo.
y siempre se equivoca.

Sigo aquí.

Y no se para qué.

Estoy preparado para vivir sin ti.
para volver a morir,

Para un nuevo adiós sin sentido.

Mi corazón murió cuando se sintió parásito,
tanto tiempo.

Adios, hasta siempre.




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